La renuncia del ministro de Economía y una crisis en el gobierno de Argentina, en medio de una inflación que supera el 60%, provocaron una ola de temor que disparó la cotización del dólar en el mercado informal y una fuerte remarcación de precios en los comercios.
La inflación de junio fue de 5m3% y en los primeros seis meses del año acumuló una variación de 36,2%, informó este jueves el Indec. De esta manera, la suba de precios interanual, es decir la de los últimos doce meses, alcanzó un 64% y volvió a ser la cifra más alta de las últimas tres décadas.
La cifra mensual de suba de precios fue muy similar a la que se dio en mayo, cuando el IPC marcó un 5,1 por ciento. El pico inflacionario tuvo lugar en marzo, con un índice de 6,7%, mientras que en abril se había registrado una desaceleración hasta 6 por ciento.
Es el primer dato de precios desde la llegada de Silvina Batakis al Ministerio de Economía aunque refleja todavía la dinámica de precios que se registraba durante la última parte de la gestión de Martín Guzmán. La nueva jefa del Palacio de Hacienda habló en la presentación pública de sus primeros pasos al frente del equipo económico sobre la necesidad de anclar expectativas.
“La estamos trabajando con los empresarios. Tenemos que tener en cuenta que cuando la guerra se siga profundizando y la presión sobre los alimentos nos puede generar una oportunidad de exportación de productos primarios, algo que el mundo esta necesitando pero eso va a generar presión inflacionaria. Sería muy poco profesional arriesgar una proyección en esta situación de desequilibrio mundial”, explicó en la conferencia de prensa.
Esa proyección a la que se refiere es la que comparten -por el momento- el Fondo Monetario Internacional con el Poder Ejecutivo. Una de las últimas acciones de Guzmán al frente del ministerio fue negociar la recalibración de algunas variables y objetivos trimestrales incluidos en el acuerdo, entre ellos, la proyección de inflación. En ese sentido, pasó de un techo esperado de 48% hasta 62%, una cifra que ya también quedó vetusta a la luz de la dinámica inflacionaria de los últimos meses.
Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, la inflación alcanzaría un nivel del 76% durante 2022, por lo que la estimación se incrementó en 3,4 puntos porcentuales en relación a la encuesta del mes pasado. De todas formas, esa proyección ya quedó “vieja”.
Sucede que ese informe recopiló los datos de las consultoras y fondos de inversión que participan del relevamiento entre el 27 y el 30 de junio, es decir, antes de la renuncia de Guzmán y la fuerte volatilidad cambiaria y financiera que desató.
Esos días incluyeron un marcado salto de todas las variantes del dólar salvo el mayorista que administra el Banco Central, y hubo una fuerte emisión del BCRA para la compra de bonos del Tesoro en pesos, que también arrastraban un desplome en las últimas semanas. Son dos factores que podrían incidir todavía más en el índice de precios de este mes que se conocerá a mediados de agosto.
Con respecto a los próximos meses, la encuesta del Banco Central mantuvo la tendencia de que luego de junio vendrán meses de inflación decreciente, aunque lo hace a valores más altos en toda la curva. En el pronóstico entre junio y noviembre, hay subas de entre 0,2 y 0,5 puntos en todos los meses, lo que dejaría un resultado de una inflación entre 4,8% en julio a un 4,3% hacia fin de año.
La nueva cifra mensual de inflación pondrá una presión renovada sobre el esquema de tasas de interés que sostienen el Ministerio de Economía y el Banco Central. Este miércoles el Tesoro emitió deuda en pesos a tasa fija y tuvo que ofrecer un título con un interés de 63% anual para recolectar unos $60.000 millones. El Banco Central esperaba el resultado de esa colocación de deuda y del IPC de julio para decir algún reajuste en la tasa de las Leliq y pases, y por consiguiente, lo que pagan los plazos fijos para el ahorrista.
Fuente: Infobae
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